sábado, 29 de agosto de 2015

María Santísima de las Penas, vuelve a Santa Teresa

A penas unos días la Reina de Santa Teresa ha estado en Córdoba, en el estudio del imaginero Francisco Romero Zafra, autor de la imagen.

Tras contar la Hermandad con el acuerdo del Cabildo General de Hermanos y del permiso oportuno por parte del Obispado de Jaén, la imagen de María Santísima de las Penas era trasladada a Córdoba para una intervención menor por parte de Romero Zafra.

Mañana estará nuestra Madre de las Penas en su capilla de la iglesia de Santa Teresa, donde seguirá recibiendo el culto y la devoción de los hermanos de cofradía, fieles y devotos.

En el perfil de Romero Zafra, puedes ver un pequeño álbum de fotos del resultado de la intervención.
https://www.facebook.com/paco.romerozafra/posts/10207206428739669?pnref=story

viernes, 14 de agosto de 2015

Caseta "La Sentencia", ¡ya mismo estamos de feria!


¡¡¡¡¡Ya estamos calentando motores para la próxima feria de San Miguel ¡¡¡¡¡¡

Ya sabéis que cualquier cooperación y ayuda es bienvenida y agradecida, por lo que os esperamos con los brazos abiertos, para todo en lo que podáis aportar.

En breve, comenzaremos a formar los turnos, por lo que os invito a que os animéis a formar parte de estas jornadas de trabajo, convivencia y hermandad, porque un grano de arena no hace una montaña, pero muchos juntos pueden formar una cordillera.

¡¡¡¡¡ESPERAMOS VUESTRA AYUDA ¡¡¡¡¡¡

martes, 11 de agosto de 2015

Hoy es la festividad de santa Clara de Asís

Hoy se celebra la festividad de Santa Clara de Asís, santa vinculada a nuestra Hermandad por nuestro nombramiento como Hermandad Franciscana.

Por tanto, hoy es día de celebración en el seno de nuestra corporación.

Dejamos un breve nota sobre Santa Clara.


Clara significa: vida transparente
Nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso.
 Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.
Su conversión hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. Cuando ella tenía 18 años San Francisco predicó en Asís los sermones de cuaresma y allí insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. En secreto se fue a buscar al santo para pedirle que la instruyera en el modo de lograr conseguir la perfección cristiana. El le dijo que había que desprenderse de todo, la animó a dejar la vida de riquezas y comodidades que llevaba y dedicarse a una vida pobre, de oración y penitencia.
El Domingo de Ramos del año 1212 Clara asistió a la celebración pero estaba tan emocionada y fuera de sí que no pasó a recibir la palma. Entonces el señor obispo se fue para la banca donde ella estaba y le puso en sus manos la palma bendita. Y aquella noche, a medianoche, acompañada de Pacífica, su fiel compañera, salió secretamente de su casa, (rica mansión de familia muy acomodada) y se fue a dos kilómetros de distancia, donde San Francisco vivía pobrísimamente en un sitio llamado La Porciúncula. Allá la estaba aguardando el santo, el cual salió a recibirla junto con sus frailes, llevando todos lámparas encendidas y cantando de alegría.
De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. El santo, como primer paso, tomó unas tijeras y le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza un sencillo manto, y la envió a donde unas religiosas que vivían por allí cerca, a que se fuera preparando para ser una santa monja.
Cuando los hermanos que eran muy ricos y esperaban casar a Clara con algún millonario hacendado, se dieron cuenta de la ausencia de la muchacha se dedicaron a buscarla por todas partes. Al fin la encontraron en el convento en donde se había refugiado y quisieron llevársela a la fuerza. Ella se agarró a los manteles del altar, que se rasgaron ante tanta violencia de los atacantes, y cuando se la iban a llevar, Clara se descubrió la cabeza rapada y les dijo: "Por amor a mi Cristo Jesús he renunciado totalmente a todo amor por lo material y mundano". Los hermanos al verla así y tan resuelta, desistieron de tratar de llevársela.
San Francisco hizo que Clara se fuera a vivir junto a la Iglesia de San Damián en Asís, en una pobre y humilde casita. Y he aquí que su hermana Inés y su propia madre decidieron irse también de monjas con ella. Y muchas muchachas más se dejaron atraer por esa vida de oración y recogimiento, y así pronto el convento estaba lleno de mujeres dedicadas a la santidad. Francisco nombró a Clara como superiora de la comunidad, y aunque ella toda la vida trató de renunciar al puesto de superiora y dedicarse a ser una sencilla monjita de segundo orden, sin embargo por cuarenta años será la priora del convento y las monjitas no aceptarán a ninguna otra en su reemplazo mientras ella viva, y es que su modo de ejercer la autoridad era muy agradable y lleno de caridad. Servía la mesa, lavaba los platos, atendía a las enfermas, y con todas era como una verdadera madre llena de compresión y misericordia.
A los pocos años ya había conventos de Clarisas en Italia, Francia, Alemania y Checoslovaquia. Y estas monjitas hacían unas penitencias muy especiales, inspiradas en el ejemplo de su santa fundadora que era la primera en dedicarse a la penitencia. No usaban medias, ni calzado, se abstenían perpetuamente de carne, y sólo hablaban si las obligaba a ello alguna necesidad grave o la caridad. La fundadora les recomendaba el silencio como remedio para evitar innumerables pecados de lengua y conservarse en unión con Dios, y alejarse de dañosas distracciones del mundo, pues si no hay silencio, la mundanalidad se introduce inevitablemente en el convento.
No contenta con las mortificaciones que las demás monjitas hacían, Santa Clara ayunaba a pan y agua los cuarenta días de cuaresma y los días anteriores a las grandes fiestas. Y muchos días los pasó sin comer ni beber nada. Dormía sobre una dura tabla y por almohada tenía un poco de pasto seco. San Francisco y el obispo de Asís le mandaron que no dejara pasar un día sin comer aunque fuera un pedazo de pan. Poco a poco la experiencia le fue enseñando a no ser demasiado exagerada en penitencias porque se le dañaba la salud. Y más tarde escribirá a sus religiosas: "Recuerden que no tenemos cuerpo de acero ni de piedra. Por eso debemos moderar los exagerados deseos de hacer penitencias, porque la salud puede sufrir daños muy serios".
Siguendo las enseñanzas y ejemplos de su maestro San Francisco, quiso Santa Clara que sus conventos no tuvieran riquezas ni rentas de ninguna clase. Y aunque muchas veces le ofrecieran regalos de bienes para asegurar el futuro de sus religiosas, no los quiso aceptar. Al Sumo Pontífice que le ofrecía unas rentas para su convento le escribió: "Santo Padre: le suplico que no me absuelva ni me libre de la obligación que tengo de ser pobre como lo fue Jesucristo". A quienes le decían que había que pensar en el futuro, les respondía con aquellas palabras de Jesús: "Mi padre celestial que alimenta a las avecillas del campo, nos sabrá alimentar también a nosotros". Hoy las religiosas Clarisas son 18,000 en 1,248 conventos en el mundo.
Una vez llegaron unos soldados mahometanos, terribles anticatólicos, a atacar el convento, destrozar y matar. Las monjitas se fueron a rezar muy asustadas; y Santa Clara que era extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes. Ellos sintieron en ese momento tan terrible oleada de terror que salieron huyendo sin hacerles mal. Otra vez los enemigos atacaban la ciudad de Asís y querían destruirla. Santa Clara y sus monjitas oraron con toda fe ante el Santísimo Sacramento y los atacantes se retiraron sin saber por qué.
27 años estuvo enferma nuestra santa, pero su enfermedad la soportaba con paciencia heróica. En su lecho bordaba y hacía costuras, y oraba sin cesar. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó: "Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado, como la que tiene esta santa monjita". Cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos. San Francisco ya había muerto, y tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras ella agonizaba. La santa repetía: "Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan".
El 10 de agosto del año 1253 a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa, se fue al cielo a recibir su premio. Un día como hoy fue sepultada. Santa Clara bendita: no dejes nunca de rogar a Dios por nosotros.

viernes, 7 de agosto de 2015

Este mes no se celebra la Eucaristía mensual.

Este mes de agosto, debido a que nos encontramos en periodo de vacaciones, no se celebrará la Eucaristía mensual.

A partir de septiembre se reanudará como es habitual los segundos sábados de cada mes.

jueves, 6 de agosto de 2015

Nuestro hermano Felipe Torres, nuevo presidente de la Unión de Cofradías


En la mañana del día 3 de agosto, festividad de Santa Lidia, en el Obispado de Jaén, se mantenía una reunión entre el Vicario General, don Francisco Juan Martínez Rojas, el delegado de Cofradías y Hermandades, don Juan Francisco Ortiz, el presidente electo, don Felipe Torres Villalba y el vicepresidente electo, don Pedro Ángel López Barella.

La reunión había sido solicitada, pasadas las elecciones, por parte del presidente electo para poder exponer los motivos que llevaron a tomar la decisión de no aceptar el cargo inicialmente, así como para poder intercambiar opiniones, puntos de vista y buscar en el diálogo, el consejo y la orientación necesarios.

Aceptado el cargo en el transcurso de la reunión de manera totalmente voluntaria y con el convencimiento y compromiso por parte de don Felipe Torres y tras un interesante diálogo final mantenido con el Delegado de Cofradías y Hermandades, acompañados por este último, se hizo entrega a don Felipe Torres Villalba de su nombramiento como Presidente de la Unión Local de cofradías de Semana Santa de Úbeda, que había sido firmado por el Sr. Obispo de Jaén, don Ramón del Hoyo López, el pasado 27 de julio de 2015.

Desde nuestra Hermandad, transmitimos nuestras felicitaciones, tanto al presidente como al vicepresidente electos, D. Felipe Torres Villalba y D, Pedro Ángel López Barella, así como al resto de su junta, deseándoles un mandato fructífero y basado en la unión entre las distintas cofradías, siendo esta la premisa de tal institución

Además, nos sentimos orgullosos de que dos miembros de anteriores juntas de gobierno de esta Hermandad, hayan dado el paso para ponerse al frente y regir los destinos de tan importante institución.
 
De igual modo, enviamos unas palabras de afecto, cariño y de felicitación, al presidente saliente, D. José Ramón López-Agulló Lendínez, y al resto de su junta directiva, por la encomiable labor realizada durante los años de su mandato.

Luis Carlos Arriaga Pineda
Hermano Mayor

Paz y Bien
Úbeda, 4 de agosto de 2015